Los Seis Acontecimientos (28/09/2023)
- Lucas Gelásio
- 5 ene
- 2 Min. de lectura
Hay personas que, buscando minimizar los sufrimientos de los demás y unirse a la Cruz de Cristo, se ofrecen a Dios como víctimas expiatorias. Sus sacrificios son aceptados por Él, que las bendice con gracias espirituales. Algunas de esas víctimas reciben el don de ver escenas de futuras tragedias para que, anticipadamente, puedan rezar y sufrir con la intención de minimizar los sufrimientos que están por venir.
Durante una adoración que hacía el día 28 de septiembre, la Monja Nordestina fue dada a conocer de seis acontecimientos futuros:
La explosión de un hombre bomba, matando e hiriendo a varias personas;
algo como una estrella cayendo;
personas mirando hacia un gran agujero en el suelo;
fuertes vientos, tempestades, ondas violentas y edificios colapsando a causa de un temblor;
un gran volcán entrando en erupción;
algo explotando en Polonia.
Al final de la visión, le fue dado un pasaje bíblico: Habacuc 2,1-4.
Habacuc 2, 1-4
Voy a quedar en vigilia, y estaré sobre la trinchera; voy divisar lo que el Señor me va a decir, y lo que él va a responder a mi petición.
Y el Señor me respondió así: “Escribe esta visión, grábala en tablas, para que ella pueda ser leída fácilmente;
Porque todavía hay una visión para un plazo fijado, ella se aproxima rápidamente a su plazo y no fallará.
Mirad que sucumbe el que no tiene un alma íntegra, pero el justo vive por su fidelidad.
Un hombre bomba explotó en Pakistán el día posterior a la visión, dejando decenas de muertos y heridos, lo que parece haber ocurrido ya en la primera escena vista. Varias de las siguientes también se concretaron en días posteriores. La última probablemente repite la revelación que la monja recibió el día 8 de agosto, y aún no parece haberse cumplido.
En el libro de Habacuc, Dios responde al profeta, que clama por justicia, anunciándole que el cumplimiento de la profecía se aproxima rápidamente y dándole la orden de escribirla. Anuncia también la caída de los impíos y la prevalencia de los justos.
Tengamos los ojos fijos a las promesas del Señor, que no nos desamparará en nuestros sufrimientos, sino que vendrá en nuestro socorro. Confiemos que todo puede cambiar por medio de oración y penitencia. Y recordemos que, junto a la esperanza y la fe, Dios también nos pide caridad.
El justo vivirá por la fe. Y la fe, sin obras, está muerta.
Traducido por: Maria Cristina Jacome
Comentários