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Foto del escritorLucas Gelásio

La Locución de Nuestra Señora de Fátima (17/06/2023)


En el transcurso de algunas semanas, el padre Oliveira sintió la compañía de la Virgen María en las misas que celebraba. También había tenido varias intuiciones místicas durante este tiempo, mientras sentía que estaba a punto de recibir una nueva revelación. El 17 de junio, alrededor de las 03:10hs de la madrugada, el sacerdote sintió que tenía que ir a la capilla. Se sentó ante la imagen de Nuestra Señora de Fátima, comenzó a recibir una locución interior y la anotó en su cuaderno. El mensaje que recibió organizó y complementó aquellas intuiciones que poco a poco iban llegando a su corazón.


Nuestra Señora profetizó que en octubre comenzaría el período de la gran tribulación anunciada en sus apariciones, vinculándola al Tercer Secreto de Fátima. Anunciaba el avance de la guerra, nuevas catástrofes de la naturaleza, enfermedades físicas y males espirituales. También presentó cuál sería el socorro para la tribulación: el uso de los sacramentales, la adoración eucarística y el rezo del Santo Rosario. Pidió oraciones por los sacerdotes, los obispos y el Papa. Nos exhortó a todos a tener coraje y nos prometió su cuidado.


También reveló otros hechos muy importantes, pero pidió que esta parte del mensaje se mostrara solo a tres testigos. No explicó por qué, pero insinuó que en el futuro esto será parte de alguna misión.


Finalmente, nos dió Eclesiástico 18,7-14 para meditar. El pasaje habla de la Misericordia de Dios, que está perfectamente presente incluso en el momento de Su reprensión.


Echa un vistazo al contenido de la revelación:


"Querido hijo, escucha atentamente: en octubre de este año comenzará un período de gran tribulación, previsto por Mí cuando estuve en Francia, Portugal y España. En estas tres ocasiones he hablado de la causa de estas tribulaciones (oculto el fragmento entre paréntesis).


Prepárate, sobre todo de manera espiritual, porque este período no llegará de manera estruendosa, sino que será gradual y se extenderá lentamente por todo el mundo. La guerra que ha comenzado se incrementará, como has visto antes. Habrá sequías, grandes tormentas y terremotos en varios lugares del mundo. Pero como dijo Mi Divino Hijo: cuando escuches tales rumores, ¡no temas! Usa la Medalla Milagrosa siempre, a partir de hoy, y distribúyela también a tu rebaño. La enfermedad no será el único mal que se propagará; El mal espiritual será peor. La enfermedad, sin embargo, será un gran flagelo. Coloca la Medalla de San Benito en la puerta y no dejes de llevar el escapulario. Bendice las velas, el aceite y el agua. No tengas más dudas sobre el Aceite del Buen Samaritano, bendícelo y úsalo.


Trata de mantener el estado de gracia, porque los demonios atacarán a la humanidad con tentaciones muy fuertes, especialmente contra los sacerdotes. Reza por ellos y reza también por ti, que eres sacerdote. ¡Recuerda siempre quién eres! Reza también por tu obispo y por todos los obispos. Reza mucho por el Santo Padre, ayuna y sacrificios por él. Yo, vuestra Madre y Reina, estaré con todos aquellos que se han confiado a Mi cuidado y no dejaré desamparado a ninguno de Mis hijos, como lo he prometido muchas veces.


Es preciso decirlo: este tiempo es parte de lo que dije en Mi Tercer Secreto en Portugal. (oculto el fragmento entre paréntesis)


El 13 de octubre os daré una señal, como me pedisteis. Es por eso que les mostré esta fecha. Recibí de Dios la misión de custodiar, con los santos ángeles que el Señor puso a Mi servicio, a todos aquellos que Me entregaron su vida.


Habrá una gran devastación proveniente de Rusia, instigada por el Dragón del Infierno. Esto causará daño a todo el mundo. ¡Pero no tengas miedo! Este es el momento oportuno para la santidad. Recuerda que los grandes santos aparecieron en momentos de gran oscuridad. Los tiempos de tribulación, especialmente este, no deben ser enfrentados con miedo y cobardía, sino con amor y valentía. Mira, hijo, que a esto es a lo que te he llamado en esta hora, a recordar y anunciar que el tiempo oportuno para la santidad es ahora, hoy, no mañana, sino ahora.


La Adoración Eucarística debe ser tu ancla, y la cadena de esa ancla, el Santo Rosario. La Adoración Eucarística, los actos de reparación y los sacrificios, unidos al Santo Rosario, pueden cambiar todas las profecías. No olvides esto: Adoración y Santo Rosario. Haz penitencia, ofrece sacrificios por la salvación de las almas, por la conversión de los pecadores y por la santificación del clero.


Recuerda que el Señor sabe todas las cosas y comanda todas las cosas. ¡Pronto, el triunfo de Mi Inmaculado Corazón llegará! Permanezcan fieles en este tiempo de purificación, confíen en la ayuda de su Ángel de la Guarda. El tiempo de los santos es ahora.


Reza, querido hijo, reza y vigila, como te llamé hoy. Reza y vigila.


Eclesiástico 18,7-14


Lo que está entre paréntesis, sólo muéstraselo a Lucas y a otros dos testigos. A su debido tiempo, te diré lo que tienes que hacer".


Confiados y agradecidos con la Santísima Madre, que así como estuvo junto a Su Hijo durante la Pasión de la Cruz, estará con nosotros durante la gran tribulación, podremos enfrentar este período de la manera correcta, con amor y valentía.


El Triunfo del Inmaculado Corazón está cerca.

Traducido por: Pablo Carrión Arg


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